martes, 26 de febrero de 2008

LA INMIGRACIÓN EN POSITIVO

En la sociedad que nos ha tocado vivir debemos aprender a convivir, a respetar a los individuos y a los diferentes grupos socioculturales, a combatir la discriminación sea del tipo que sea, y a desarrollarnos como sujetos respetuosos e interesados con la diversidad humana. Es decir educarnos en la interculturalidad, en la adaptación entre las diferentes culturas. Esta aptitud no se vertebra solo desde el conocimientos de la cultura del otro, sino también desde el sentimiento y la convivencia, la creación de nuevas actitudes y de nuevos valores. Desarrollar una apuesta decidida por la coeducación, mediante la reflexión y la acción.Ante esto tenemos que tener en cuenta que en nuestro país la Educación Intercultural es un movimiento muy novedoso y que ha experimentados un importante desarrollo a partir del aumento del fenómeno migratorio. “Para llevar a cabo una Educación Intercultural debemos de contar con los medios apropiados, con el propósito de enmienda por parte del profesorado, y con el apoyo incondicional de los padres de estos niños”[1].

A partir de los años setenta nuestro país comenzó a desarrollarse y expandirse social y económicamente, los españoles dejamos de salir de nuestro país para mejorar nuestra calidad de vida, pues ésta estaba ya empezando a nacer, ya se olía a “calidad social”, y no ya tanto a “sufrimiento, terror y miedo”. Con la incorporación de nuestro país en la Unión Europea, éste consiguió el nivel y el impulso final para montarse en el “carro del progreso”. Supongo que sobre esa época, más o menos, ya se vislumbraba la todo poderosa globalización, el mundo empezaba a dividirse en dos zonas muy diferenciadas económicamente, los mal llamados primer y tercer mundo.Socialmente, esta circunstancia pone sobre la mesa un tema muy importante: avanzar y profundizar en nuestro concepto de ciudadanía, (para que vean lo importante que puede llegar a ser ese tipo de educación en nuestras escuelas).

Ahora tenemos la oportunidad en Europa de construir una ciudadanía más global, más plena y mejor que la que tenemos, es preciso configurar un nuevo concepto de ciudadanía, que incorpore a su código el derecho de las minorías.En nuestra historia se tardó mucho tiempo en alcanzar el estatut de ciudadanía por parte de los trabajadores y de las mujeres. La inmigración diversifica y enriquece a la cultura del país de llegada. La diferencia es siempre enriquecedora porque, aunque el cruce es fuente de conflictos, es también fuerza de avance. La diversidad cultural es positiva porque evita los riesgos de la homogeneización: lo que se cree puro conduce al fascismo y al imperialismo. La diversidad es positiva porque la cultura es algo creativo, a más cultura, más soluciones, más ideas, más alternativas.Llegamos de nuevo la misma conclusión; para que exista verdadera interculturalidad es necesario la reciprocidad, reconocer y aceptar el valor de la parte del otro. Una auténtica interculturalidad nos debería llevar hacia una gran meta: “unir sin confundir y distinguir sin separar”.

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EL PENSAMIENTO EN LIBERTAD



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LO MEJOR POSIBLE Y A SER POSIBLE
LO MEJOR QUE PUEDAS,
NO MIRES ATRÁS, SOLO PARA
QUE DE SUS ENSEÑANZAS APRENDAS
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NI TODO LO MALO ES UNA MIERDA
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